El método genealógico – La genealogía correcta

Cualquier persona puede, en algún momento de su vida, preocuparse por los orígenes de su familia o de sus apellidos. Algunas se quedarán en la mera curiosidad sin llegar a realizar ningún estudio sobre ello y otras acabaran realizando algún tipo de investigación. En tal caso, las opciones a escoger son de dos tipos: la persona interesada realizará la investigación por su cuenta o bien encargará un estudio genealógico profesional. El resultado será totalmente diferente según la vía que se escoja, tanto desde el punto de vista de consecución de resultados como de inversión de tiempo.

Metodología

método de genealogía

A pesar de que, en principio, el estudio de la historia familiar puede ser afrontado sin una formación específica en la materia, éste es un tipo de trabajo que se sitúa dentro de una disciplina científica y eso conlleva la utilización de una metodología determinada. La puesta en práctica de un método nos permite conseguir unas conclusiones válidas en las cuales existe un menor porcentaje de error. No olvidemos que la historia, y todo lo que la envuelve, debe de estudiarse de la forma más objetiva posible con el fin de conseguir llegar a conocerla correctamente.

En la realización de un estudio genealógico deben tenerse en cuenta una serie de reglas, la utilización de las cuales, con un método concreto y riguroso, nos permite incluir estos trabajos dentro del campo científico.

Fuentes de información

En primer lugar siempre debemos de preferir las fuentes documentales a la orales, priorizar las espontáneas a las preparadas, dar prioridad a los testimonios oficiales sobre los relatos personales y, finalmente, contrastar a partir de otros documentos cualquier dato que deba hacerse constar.

La buena práctica del método debe de observarse en el seguimiento de una serie de principios que permiten ejecutar de una forma más objetiva el progreso de nuestra reconstrucción genealógica. Las fuentes cuyo autor están más cercanas en el tiempo y lugar a los hechos que se narran tendrán total prioridad en nuestro proyecto. La comprobación de la veracidad de los documentos trabajados y la identidad de las personas que en ellos aparezcan es un aspecto imprescindible para evitar los errores en la búsqueda genealógica.
Uno de los errores típicos que suelen cometerse es la confusión que pueda darse entre personas con un mismo nombre que pertenecen a un mismo linaje, o incluso entre personas con los mismos nombres y apellidos. Ante tal situación deberemos cerciorarnos de la identidad concreta de cada miembro de la familia en base a otros datos o fechas y valorar la posibilidad de haberse producido cambios de nombre o apellidos a lo largo de sus ciclos vitales.

Libros antiguos

Finalmente, el examen de los documentos antiguos conllevaría una revisión y comprobación del papel o pergamino en el cual están expedidos los datos trabajados. Aparte de los materiales de soporte es aconsejable comprobar la tinta empleada, el tipo de escritura y tipografía con el fin de ver que todos esos elementos concuerdan con la época situada. El conocimiento necesario para datar estos elementos no se adquiere de forma amateur, sino se adquiere del aprendizaje de disciplinas vinculadas con la historia como la paleografía, epigrafía o la restauración, entre otras. El saber multidisciplinar es el necesario para realizar cualquier tipo de proyecto “serio” sobre esta temática. En conclusión, podemos observar que la mano de un especialista es la necesaria para la ejecución de este tipo de trabajos.

Visión global de la Historia

La investigación de la historia familiar es tipo de estudio que precisa del conocimiento de muchas temáticas para conseguir acercarnos a los aspectos históricos de forma positiva. La búsqueda genealógica, con el fin de conseguir una reconstrucción de la historia de una familia o parte de ella, conlleva la aplicación del conocimiento humano en general. Una característica natural, podría decirse, ya que por historia siempre ha de entenderse cualquier acción, vestigio o hecho  acaecido en el pasado temporal. La vivencia que nos precede, como las contemporáneas, se produce dentro de un cúmulo de situaciones e intentar recomponerla, para conocer su “verdad”, encamina al estudioso/a a lidiar con todos los fenómenos que ayudan a que se produzca. Lo que conocemos o sabemos puede ser verdadero siempre y cuando sea extraído a partir de sus múltiples caras.

María José Zapater Pérez

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *